BOLIVIA: Un Estado Plurinacional que no fue plurinacional y la obsesión por el poder, dos aspectos que influyeron en la caída de Evo Morales
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Plaza Murillo y Palacio de gobierno en La Paz, Bolivia. Photo prise en octobre 2004 par Guillaume Audureau |
Informe especial desde el lugar de los hechos, para dimensionar la caída de Evo Morales
Por: Pikitu Jacinto
Aceri (Prensa Digital Ñee Jeroatá - CCNAGUA COMUNICACION)
El sentir de la nación indígena Qhara
Qhara de Potosí, hecho manifiesto el 07 de noviembre de este año 2019, en plena
convulsión social, crisis política y denuncias generalizadas de fraude
electoral, tras llevarse a cabo los comicios nacionales el 20 de octubre, refleja
el sentir de las más de 30 naciones indígenas de Tierras Bajas de Bolivia,
conocida también como el Oriente Boliviano. ‘’Después de 500 años, pensábamos
que eras el elegido. Te hemos apoyado, pensando que eras el hermano que
entendía nuestras necesidades, nuestras penurias... Pero,
hasta ahora, te decimos y con el pesar de nuestro corazón, que lamentamos
habernos equivocado’’, expresa el manifiesto de la nación Qhara Qhara
dirigido a Evo Morales.
El primer gobierno indígena, que
había marcado un hito histórico en la sociedad y en la política boliviana, tan
fuertemente aplaudida y admirada por los pueblos indígenas del continente y el
mundo, comienza a dar señales de debilidad por el poder en el segundo mandato (2011-2015).
El presidente del nuevo y flamante Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, de
origen Aymara, que debiera favorecer y fortalecer la participación de los
pueblos indígenas en la administración estatal y en la construcción de las
políticas públicas interculturales, tanto en el ámbito nacional como
departamental, se rodea de profesionales indigenistas y de su origen étnico,
solamente. La participación del resto de los pueblos indígenas se ejercía únicamente
desde la Asamblea Legislativa Plurinacional, pero siempre sometidos al
oficialismo. La denominación de la nueva Bolivia como Estado Plurinacional comenzaba
a quedar simplemente como una pintoresca expresión, muy bien aprovechada por el
ex presidente en los escenarios internacionales durante su gestión.
De esta manera, los líderes de
las naciones indígenas, que forjaron la transformación del Estado mono cultural
colonialista al Estado Multicultural, Plurinacional y Multilingüe, comienzan a
percibir una sensación de ‘’borrachera de poder’’, como lo
describiera un historiador boliviano en 2010, en el marco de la Pasantía
Internacional en Comunicación Intercultural, al exponer sobre el proceso de
lucha de los pueblos indígenas que derivó en la conquista del nuevo Estado y de
su gobierno. Muy pronto, esa borrachera de poder se convertiría en ‘’ceguera’’,
luego en ‘’sordera’’, los cuales terminarían alimentando la ‘’obsesión
por el poder’’, lo que marcaría el inicio del fin de un gobierno que
cada vez era más de Evo Morales y sus séquitos, que de las naciones indígenas y
sectores sociales populares.
Cooptación de líderes y divisionismo en organizaciones indígenas.
‘’Ya no siembres más odios entre los hermanos del campo y la ciudad.
Deja de dividir a los pueblos, ya vulneraste su libre determinación’’
(fragmento del manifiesto de la nación Qhara Qhara dirigida a Evo Morales).
Desde la segunda gestión, el
gobierno ‘’indígena’’ optó por centralizar el poder y las políticas públicas a
implementar y ejecutar a nivel nacional. Las políticas públicas comenzaron a
gestarse en las oficinas y los despachos de los funcionarios públicos, sin la
participación efectiva del conjunto de las organizaciones indígenas y sociales.
Y para respaldar el carácter de Estado Plurinacional, se emprendió una campaña
para cooptar líderes indígenas que fuesen obsecuentes a las políticas del
gobierno nacional, es así que, como en
ningún otro gobierno, las principales organizaciones indígenas de todo el país
enfrentan la triste fragmentación y desarticulación institucional.
Comienzan a verse rupturas y paralelismos, es decir, dos cuerpos
administrativos en la Confederación Indígena Del Oriente Boliviano (CIDOB), en
el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (QONAMAC), en la Asamblea
del Pueblo Guaraní (APG), en la Central de Pueblos Étnicos de Santa Cruz (CPESC),
en la Central de Organizaciones de Pueblos Nativos Guarayos (COPNAG), en la Organización
Indígena Chiquitana (OICH) y demás organizaciones indígenas, todas quedaron divididas,
por un lado los obsecuentes a las políticas de Evo Morales y por otro, los que
sostenían la autonomía política e institucional según usos y costumbres.
‘’Deja de mandar indígenas como
carne de cañón para el respaldo de tus intereses y de los que te rodean, que ya
no son los nuestros’’, expresa en otra de sus líneas el manifiesto de
la nación Qhara Qhara, el cual refleja el desacuerdo por las políticas del
gobierno nacional implementada, que no son las que demandaron históricamente
los pueblos indígenas, cristalizados en la nueva Constitución del Estado
Plurinacional, desconocidos ahora nada más y nada menos que por el gobierno que
las naciones indígenas y sectores populares respaldaron en la firma del Pacto de
Unidad en el año 2005.
Acontecimientos que profundizaron el deterioro de la relación entre
los pueblos indígenas y el gobierno de Evo Morales
Los acontecimientos que más
evidenciaron las contradicciones y la ruptura de la relación entre los pueblos indígenas
y el gobierno de Evo Morales fueron las represiones ocurridas en Chaparina y en
Yateirenda. En 2011, los pueblos indígenas de Tierras Bajas y comunidades del
TIPNIS (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure) desarrollaron la
VIII Gran Marcha Indígena en rechazo a la construcción de una carretera y en
defensa de la integridad del territorio ancestral, también se exigía la
Consulta Libre Previa e Informada de buena fe y sin chantaje. El 25 de septiembre de aquel año,
efectivos de la policía nacional desató una brutal represión y persecución de
líderes indígenas en Chaparina, Beni.
El 18 de agosto de 2015, se da otro episodio de represión y persecución a pueblo indígena, esta vez las víctimas son las comunidades guaraníes que mantenían un bloqueo de la carretera Yacuiba-Santa Cruz, a la altura de la comunidad Yateirenda, exigiendo también al gobierno nacional la Consulta Libre, Previa e Informada para efectuar actividades de exploración dentro de la TCO (Tierras Comunitarias de Origen).
Estos graves hechos de atropellos
a los derechos constitucionales de las naciones indígenas de Tierras Bajas
marcó el quiebre de la relación con la administración de Evo y significo la
profundización del divisionismo interno en las organizaciones matrices de los
pueblos indígenas en los diferentes territorios. También significó persecución
constante y discriminación hacia líderes indígenas no alineados. Por otro lado,
las comunidades en los territorios, desde donde se extraen los recursos
hidrocarburíferos (petróleo y gas), aún permanecen bajo la pobreza y en total precariedad, sin agua, en casas de barro, sin incentivos para la producción u actividades comunitarias,
caminos precarios de difícil acceso y salida, sin gas, entre tantas otras
necesidades.
Otros casos que exasperaron tanto
a los pueblos indígenas como a la sociedad en general fueron: Malversación del Fondo Indígena, Decretos Supremos
polémicos (DS 3973, DS 3972, entre otros), bajar el rango del Ministerio de
Autonomía a Secretaría, modificación de la Ley que permitía elegir asambleístas indígenas
por usos y costumbres, fueron algunos de los hechos y de las políticas implementadas que atentaron
contra los derechos de los pueblos indígenas y por los que se profundiza el
deterioro de la relación con el gobierno nacional, además, del intento de perpetuarse en el poder y el no
respeto a la voluntad popular manifestada en el referéndum del 21 de febrero de
2016, que rechazó la re postulación indefinida de Evo Morales.
Si bien la economía boliviana creció
durante las tres gestiones de Evo Morales, gracias a los recursos
hidrocarburíferas extraídas desde los territorios indígenas de Tierras Bajas,
sin embargo, los lugareños nativos no fueron beneficiados con el mismo. Esto
explica el por qué no salieron los pueblos indígenas a defender al gobierno
nacional ante la arremetida de la oposición durante la convulsión social
desatada después del 20 de enero.
Denuncias de elecciones fraudulentas, ‘’la gota que rebasó el vaso’’
y lo que precipitó la caída del gobierno de Evo Morales
Haciendo caso omiso al Referéndum
del 21 F, Morales volvió a postular como candidato por el MAS (Movimiento Al
Socialismo), para ello tuvo que incidir en el Tribunal Supremo Electoral para
ser habilitado. Durante el desarrollo de la elección nacional del 20 de
octubre, las masivas denuncias y las evidencias de fraude electoral, que
indignó de sobre manera a la población, tanto urbana como a la población de las
naciones y pueblos indígenas, en los diferentes territorios, fue lo que
favoreció para que haya un escenario de convulsión social. Este hecho ha sido
‘’la gota que rebasó el vaso’’, tan bien capitalizada por la oposición y
sectores de la oligarquía boliviana, sedienta de recuperar el control del
aparato estatal nacional, encontrando el momento propicio para arremeter y
hacerse nuevamente del poder político gubernamental.
Por más de 20 días, los comités
cívicos de las ciudades más importantes de los departamentos de Bolivia (Santa
Cruz, Cochabamba, Beni, Tarija, Potosí, La Paz, entre otros), sostenidas
económicamente por las oligarquías sectoriales, paralizaron con bloqueos gran
parte del país, mientras se tejían estrategias provocativas para la toma del
poder. Bloqueos, movilizaciones y desabastecimientos, organización de grupos de
choque, toma de edificios públicos, Cabildos abiertos, violencia contra
familiares de funcionarios, contra ministros, alcaldes, gobernadores oficialistas
y contra el propio presidente, rebelión de las fuerzas públicas, fueron los que
condujeron a las renuncias masivas de funcionarios y del ejecutivo nacional.
Tras las renuncias del presidente
Evo Morales, del vicepresidente Álvaro García, la presidenta del Senado Adriana
Salvatierra y del Presidente de la Cámara de Diputados Víctor Borda, la
sociedad boliviana quedó sumida en el caos, situación de la que la oposición se
valió para hacerse del poder. La hasta entonces opositora Senadora Nacional
Jeanine Añez, en su calidad de segunda vicepresidenta del Senado, es proclamada,
el 12 de noviembre, presidenta del Estado Plurinacional de Bolivia, en una
sesión legislativa sin quórum en ninguna de sus cámaras. Posteriormente, el 20
de noviembre, la bancada de ambas cámaras del Movimiento al Socialismo (MAS)
reconoció la asunción de Jeanine Añez como presidente de transición en un
comunicado.
Lo cierto es que, desde la
asunción de la Presidenta Interina en el Estado Plurinacional, y en un intento
por impedir la toma del poder por parte de la oposición, los sectores afines al
ex presidente Evo Morales radicalizaron el rechazo hacia la nueva presidenta,
mediante movilizaciones masivas, tanto en La Paz como en Cochabamba, provocando
violentos enfrentamientos con la policía y militares que ya estaban bajo las
órdenes del nuevo régimen, dejando como consecuencias unas treintena de muertos
y más de un centenar de heridos.
El final trágico de un gobierno que las naciones indígenas
de Bolivia forjaron tras haber sostenido cinco siglos de lucha y resistencia,
confiándole la presidencia a un indígena Aymara, deja una profunda reflexión y
varias interrogantes al continente y al mundo ¿Existen
sociedades y culturas donde el poder político y económico no puedan corromper
al individuo? ¿La obsesión por el poder político y económico es cultural?
Las naciones indígenas y sociedad boliviana marcaron un
hecho histórico en América Latina y el mundo, con la transformación del Estado
colonial, sin embargo, el ejercicio del nuevo Estado requiere replantear el
modo de administrarla y establecer un mecanismo de participación efectiva del
conjunto de las naciones indígenas y de la sociedad, para no caer en la lógica del
Estado colonial.
MANIFIESTO DE LA NACIÓN QHARA QHARA DE LA PARCIALIDAD
ARANSAYA-YURINSAYA.
Potosí, Bolivia, 07 de noviembre de 2019
Al presidente Juan Evo Morales Ayma.
Desde el pie del Sumajorku, que
es nuestra Wuaka Sagrada, te decimos: Después de 500 años, pensábamos que eras
el elegido, que te habíamos encontrado. Te hemos apoyado, pensando que eras el
hermano que entendía nuestras necesidades, nuestras penurias, nuestra justicia.
Siempre con esa convicción de luchar por la gente de tu país, Bolivia, donde
vivimos y compartimos nuestras tradiciones y costumbres, junto a los valores de
nuestros hermanos de la ciudad. Teníamos la esperanza de ser una Bolivia
diferente socialmente y económicamente, gobernado por un hermano salido de
nuestras tierras, con la identidad bien definida. Sabios fueron nuestros
antepasados, en legarnos la Ley Sagrada del Ayni, que nos enseña respetar a
nuestro prójimo, a luchar por nuestros hermanos, a convivir en un territorio de
paz. También aprender a recibir y ser agradecidos por los que tenemos y por los
que nos dan. No te olvides que somos una cultura de agradecimiento y de paz.
Pero, hasta ahora te decimos, y con el pesar de nuestro corazón, que lamentamos
habernos equivocado, porque creíamos que eras una persona de bien y diferente a
los demás presidentes de nuestra historia. Ahora nos damos cuenta que la
predicción de nuestro último Inca Atahualpa, cuando en la hora de su muerte
predice que, de aquí a un Pachakuti, vendrá un indio a matar a los mismos
indios.
Señor presidente, desde el fondo
de nuestro corazón y con gran pesar, te decimos: Dónde te perdiste. Por qué no
vives dentro de los preceptos que nos dicen que debemos respetar el Mullu. Solo
una vez debemos gobernar. Por qué has prostituido a nuestra Pachamama. Por qué
mandaste a quemar la Chiquitanía. Por qué maltrataste a nuestros hermanos indígenas
en Chaparina, en Tariquía. No es así como hemos vividos más de mil años. Ahora,
cómo nos verán nuestros hermanos del resto del mundo. Tú, nos estás matando
civilmente. Nos está haciendo odiar. Nos está haciendo desaparecer. Recuerda,
ahora tú eres el que no nos deja entrar a la Plaza Murillo, como en los tiempos
de la Colonia.
Al parecer ya no reconoces a los
verdaderos indígenas originarios. Sólo has utilizado nuestra identidad. Y, como
autoridades, te decimos: ¡Deja de ser soberbio! ¡Deja de llevarte más muertes,
que muy manchadas las tienes las manos! Respeta nuestras culturas. Ya no
siembres más odios entre los hermanos del campo y la ciudad. Deja de dividir a
los pueblos, ya vulneraste su libre determinación. Deja de mandar indígenas
como carne de cañón para el respaldo de tus intereses y de los que te rodean,
que ya no son los nuestros. Deja de enviar matones a maltratar a nuestra gente,
deja que vivamos en nuestra Ley. Deja de hablar a nombre de los indígenas que ya
pusiste en duda tu identidad. Respeta a Dios. Respeta la vida. Respeta a la
Pachamama. Respeta a Bolivia. Respeta a la constitución política del Estado. Y
respeta a la democracia. Y si quieres volver al seno de tu pueblo ¡renuncia! Y
sométete a la jurisdicción. Es cuanto te manifestamos, de manera pública, desde
la nación Qhara Qhara, Qollasuyo, Potosí, Bolivia, este 07 de noviembre 2019’’.
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