GUARANÍ BOLIVIA: Volver a vivir en casitas de barro ante la insensibilidad de los gobiernos de turno
Trece
familias recuperaron sus casitas de barro en la comunidad Yapiroa, gracias a
ayuda de jóvenes estudiantes.
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Reconstrucción de la casita de barro en Yapiroa Zona Alto Isoso |
Por: jacintoaceri@yahoo.com.ar - CCNAGUA COMUNICACIÓN
INTERNACIONAL
Gracias a los corazones y las manos solidarias de los
alumnos de la Escuela de Salud del Chaco Tekove Katu, de Gutierrez, del
Instituto Agropecuario Tarema Icua, de San Antonio del Parapetí, y los jóvenes
del Colegia Secundario de la comunidad, se lograron reconstruir 13 casitas de
barro para las familias que perdieron todo, tras las inundaciones del mes de abril,
del presente año 2019, en la Zona del Alto Isoso, en el Departamento de Santa
Cruz.
De pronto, después de 3 meses, las familias afectadas volvió
a tener algo de esperanza. Como una bendición llegó una ayuda solidaria por
parte de 16 alumnos del segundo y tercer año, de la carrera de Salud Ambiental,
de la Escuela Tekove Katu, quienes llegaron a la comunidad de Yapiroa, el 02 de
junio, para ayudar en la reconstrucción de las casitas de barro. Al siguiente
día, lunes 03 de mayo, se sumaron 9 alumnos del cuarto año del Instituto Tarema
Ikua, de San Antonio del Parapetí. A esta noble acción se sumaron los jóvenes
del quinto y sexto año del colegio de esta comunidad.
La iniciativa había surgido del Padre Rafael de Charagua, acompañado del Padre Alberto, en
coordinación con los responsables de la Escuela Tekove Katu, el Instituto
Tarema Icua y la institución CIPCA, quienes contribuyeron en la logística y en
la alimentación. Después de dos semanas de arduo trabajo, los jóvenes
regresaron a sus estudios en sus respectivas instituciones, con la satisfacción
de haber contribuido en la reconstrucción de las casitas para 13 familias, pero
con la tristeza de dejar más familias que se encuentran sin casa, viviendo solo
en las precarias carpas, así manifestaron los jóvenes al regresar a sus lugares de formación en la mañana de este sábado.
Cuando arribamos con los jóvenes a la comunidad nos dio la impresión de
estar llegando a un campo de refugiados, pero sin embargo, era la comunidad
YAPIROA, en el que el ochenta por ciento de las familias perdieron sus casitas,
sus ropas, sus cultivos y sus animalitos. Lo más llamativo son las casitas de
barro en la que viven las familias aún, en total precariedad, muchas de ellas
con techo de paja, algunas que otras tienen chapas de zinc, calaminas como se
las conoce en Bolivia. También, algunas que otras casas tienen tejas, pero
todas tienen paredes de barro u adobe.
Estar en la zona del Isoso o en cualquier parte de la Región
Chaqueña, es como retroceder en el tiempo. El estado de precariedad en salud,
educación, vivienda, agua, caminos, etc., en las que viven las familias, es un claro
testimonio de que ninguno de los gobiernos de turno de los estado municipal, departamental
ni nacional se ocuparon, alguna vez, de brindar ayuda para mejorar la calidad de
vida de las familias como lo establece la constitución de este país y las
legislaciones internacionales. Hasta este momento la insensibilidad continúa.
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