![]() |
Hermana Lidia Balverde, abuela Mbaekoguava y miembros de la comunidad |
En los últimos días de octubre, 30
y 31, nos hemos llegado a la comunidad ‘’Hermanos Unidos’’, conocida también
como Kolla-Guaraní, de la localidad de Calilegua, en la provincia de Jujuy,
para conocer un poco más sobre sus inicios, sus actividades, sus luchas, sus
logros y sus dificultades. Y para ellos conversamos con la hermana Lidia
Balverde, ex mburuvicha de la comunidad en dos oportunidades y con la abuela
Isidora Romero, hablante guaraní. Aquí les compartimos en resumen lo relatado
por las protagonistas de esta publicación.
En un diálogo en guaraní muy amena
con la abuela Mbaekoguava, su nombre en guaraní y en español Isidora Romero, de
82 años, rememoró aquellos tiempos de su niñez y juventud en el que aún se
mantenía el idioma guaraní en el seno de la familia y se consumían los
alimentos guaraníes. ‘’Yo crecí
hablando en guaraní con mis padres’’, menciona la abuela. ‘’Mi madre era alta,
Kuñapuku le decían de apodo y vestía ‘’mandu’’. Mi papá era de Macharetí,
era ‘’simba’’,
con ‘’tembeta’’.
Yo vivía en Lote Florencia, mucho tiempo viví ahí. En aquellos tiempos nuestra
comida era sana, comíamos ‘’kaguiyi’’, ‘’andai kaguiyi’’,
‘’anchi’’, ‘’mandió’’, ‘’yeti’’, ‘’atikui’’, ‘’atiruru’’. Nuestro
arete era muy lindo, se hacía mucho ‘’kagui’’ para compartir, ahora ya no
es lo mismo’’, afirma.
Actualmente, la abuela Mbaekoguava
es Arete Iya y es la principal animadora para que años tras años la comunidad
organice el Arete Guasu. Afirma que el idioma guaraní se ha ido perdiendo de
poco y hoy ya no lo usan los mayores y los jóvenes no lo conocen. ‘’Ahora los
hermanos tienen vergüenza de hablar el idioma y de identificarse como guaraní,
no debería ser así, aunque se nieguen, la cara los identifica, eso siempre será
así. Yo siempre hablo en guaraní, no me avergüenzo, eso me da vida, me da
alegría. Me da mucha tristeza cómo se ha perdido nuestro idioma, ahora decimo ‘’mote’’
y no decimos ya ‘’atiruru’’ como antes; decimos ‘’pan’’ y ya no decimos ‘’guiyape’’;
cuando hacen ‘’atikui’’ o ‘’achi’’, dicen: ¡hice ‘’harina
cocida’’! Todos hablan en castellano y ya no es lo mismo’’, lamenta.
‘’Tenemos que levantar de nuevo
nuestra cultura, tenemos que luchar por el territorio, por nuestro territorio,
es nuestro porque nosotros siempre hemos habitado aquí, no vinimos de otro lado
como los karai. Ya no nos tenemos que callar. Nosotros somos los dueños del
territorio. A los jóvenes los necesitamos para que hagan esta lucha, tanto
varón como mujer. Quiero que recuperen el idioma y lo vuelvan a hablar’’,
reflexiona la abuela.
Calilegua, localidad que tiene el 80 por ciento de población
guaraní.-
La comunidad ‘’Hermanos Unidos’’ o
‘’Kolla-Guaraní’’, como se la conoce también, de la localidad de Calilegua, inició sus primeros pasos de
reorganización en el año 1999, cuando un grupo de guaraníes sintieron la
necesidad de retomar la lucha por la reivindicación de la identidad y la cultura.
‘’Aquí en Calilegua, el ochenta por ciento de la población es de descendencia
guaraní. En el año 1999 empezamos a juntarnos con algunos hermanos guaraní,
habían también hermanas de la etnia Diaguita, así fuimos viendo cuántos
hermanos estaban interesados y cuántos se identificaban de nuevo con la cultura.
Tuvimos que explicarles sobre la importancia de volver a levantar la comunidad;
les explicamos sobre nuestra identidad y la cultura, así fuimos concientizando
a los hermanos para rescatar y valorar nuevamente lo que nuestros abuelos nos
dejaron. En esos tiempos, si bien éramos muchos los guaraníes, estábamos todos
dispersos’’, relata la ex mburuvicha Lidia Balverde.
La comunidad Hermanos Unidos
surgió a pesar de los tiempos de fuertes discriminaciones que imponían la
sociedad, el estado municipal, provincial y nacional a los pueblos originarios,
a su idioma y a la cultura en sí. ‘’En esos tiempos era muy fuerte la
discriminación hacia nosotros, en las escuelas no querían saber nada de los
indígenas ni muchos menos permitían que hablemos nuestro idioma, hablar de
nuestra identidad era como un pecado. Por eso costó un poco convencer, pero sí
las hermanas mayores entendieron mejor y así pudimos contar con los primeros
integrantes de la comunidad. Después de juntar a la gente, algunos no estaban
de acuerdo que participen también los hermanos Kollas, otros sí, es por eso que
con un grupo de hermanos guaraníes decidimos armar otra comunidad, de ahí es
que surge Hermanos Unidos, donde participan también algunos hermanos Kolla’’,
afirma la hermana Lidia.
La comunidad desde sus inicios
adoptó la estructura organizativa de una organización civil, por desconocimiento,
es por ello que su órgano directivo está compuesto por Mburuvicha, mburuvicharai,
Presidente, Vicepresidente, Secretaria, Tesorero, vocales, Revisor de Cuenta. Cada
dos años se realiza elección para elegir o reelegir a la comisión directiva. Desde
su inicio hasta la fecha pasaron cinco mburuvicha como principales autoridades
de la comunidad: Esther Segundo (Primera Mburuvicha), Lidia Balverde (Segunda
Mburuvicha), Evarista Pacheco (Tercer Mburuvicha), Lidia Balverde (Cuarta
Mburuvicha), Paula Córdoba (Quinta y actual Mburuvicha). Se tiene una población
de 50 familias. Y se prevé, para el año 2019, trabajar la adecuación del
estatuto comunitario.
La hermana Lidia asegura que ser
mburuvicha implica tener mucha responsabilidad, es ponerse la mochila en la
espalda y empezar a trabajar por la comunidad y ver el tema de salud, educación,
tierra y territorio y todas las cosas que los hermanos necesitan. ‘’Desde que
empezamos hasta aquí yo noté que todavía hay discriminación hacia las
comunidades guaraní de parte de los gobiernos municipal, provincial y mucho más
del gobierno nacional, por eso es difícil muchas veces conseguir las cosas.
Desde hace unos años atrás empezamos a unificar nuestra lucha con las
comunidades del Departamento San Pedro, Santa Bárbara y Ledesma, eso nos empezó
a fortalecer más. Primero, el gobierno provincial no quería reconocer al pueblo
guaraní con sus comunidades cuando empezamos a demandar tierra y territorio, pero
ahora, a través de la lucha, ya es conocido y reconocido’’, afirmó.
Los hermanos aseguran que la
comunidad es una contención, donde se aprende de nuevo los principios y valores
de la cultura, donde se descubre de nuevo la identidad, el idioma, donde se entiende
nuevamente la importancia de buscar el equilibrio de todas las cosas. A pesar
de contar con solo 2 hectáreas de tierras para la comunidad, se viene trabajando
con mucho entusiasmo. Ya se tiene personería jurídica, lo que permitió gestionar
un proyecto para construir la sede de la comunidad, donde se realizan diversas
actividades, como los talleres de Arte Guaraní
en cerámica, cestería en palma, en Samou, tejido en telar. Además, se hacen panes
caseros para la venta, empanadas. Se brinda copa de leche para los niños y
niñas de la comunidad. Y cada año, a partir de enero, se organizan para
celebrar el Arete Guasu, el Verdadero Gran Día.
Comentarios
Publicar un comentario