SE TRATA DE MIEMBROS DE LA COMUNIDAD AVA
GUARANÍ IGUOPEI GUASU (GRAN ALGARROBO)
Aseguran que están dispuestos a marchar
hacia la capital salteña a pedir solución a las demandas
Imagen que refleja la miseria y el abandono |
Miércoles, 25 de marzo de 2015
Por: Reportes Tata Ogue Mbae
Este fin de
semana último, tras un recorrido por la localidad de Colonia Santa Rosa,
pudimos constatar la cruda realidad que viven las familias de la Comunidad Ava
Guaraní Iguopei Guasu
en el sector de Saucelito, a 12 kilómetros al este de la localidad de Colonia
Santa Rosa, en el Departamento Orán, al norte de la provincia de Salta,
Argentina.
El viernes 08 de
enero, 40 familias decidieron salir en busca de un nuevo espacio territorial
para habitar tras vivir años de hacinamiento en el pueblo que los vio nacer y
crecer, se trata de familias jóvenes y adultos miembros de la comunidad Iguopei Guasu, quienes se
dirigieron esa mañana hacia la antigua estación de trenes llamado “Saucelito”,
en busca de un futuro esperanzador para todas las familias.
La mburuvicha (autoridad comunitaria),
Remigia Flores, relata que desde el año pasado la comunidad hizo esta demanda
al intendente Dardo Quiroga, por ser jurisdicción de esta comuna. En esa
oportunidad, en asamblea comunitaria y con la participación del jefe comunal,
se firmó un acta acuerdo para que dicha comunidad procediera a ocupar esas
tierras que antiguamente habitaron los guaraníes que hoy se encuentran en
diferentes barrios de esta localidad. El acuerdo contemplaba también el
acompañamiento de la municipalidad facilitando medios de transporte para el
traslado de las familias con sus pertenencias, sin embargo eso no ocurrió y
cansados de esperar, salieron por medios propios hacia esas tierras en el que
hoy se encuentran viviendo en total precariedad, miseria y abandono.
Hacinamiento y falta de trabajo
La comunidad Iguopei
Guasu, con personería jurídica en trámite, tiene censada una población de 150
familias, de los cuales, casi en su totalidad, viven en situación de
hacinamiento. “Lamentablemente nosotros vivimos en el pueblo amontonados, con
los hijos que ya formaron familia, ya tienen hijos y no alcanza el lugar en el
terreno, por esta razón a veces tenemos problemas entre nosotros, por los
chicos o porque falta para comer y cosas como eso, y no vivimos bien. Esta
situación nos obligó a salir y venir a este lugar”, cuenta la autoridad
comunitaria
Además, la falta
de trabajo afecta enormemente a las familias. La gran mayoría de los padres
trabajan en las fincas de la zona en calidad de “changarines” (trabajo precario
y mal pagado), los cuales –aseguran- que no alcanza para satisfacer las
necesidades básicas de las familias. “No tenemos tierras para poder criar
gallina o sembrar algo para nuestro sustento, con eso por lo menos podríamos
ayudar a nuestra familia”, agrega el tentara Salustiano Padilla.
Ya son tres
meses que estas familias se encuentran viviendo en situación de miseria total y
abandono por parte de autoridades gubernamentales. “En principio estábamos
haciendo un merendero para los niños y olla popular para todos los que estamos
aquí, con la colaboración de algunos comercios del pueblo, pero ahora ya no nos
quieren colaborar y ya no tenemos nada, las mamás no les queda otra que ir al
basural que se encuentra a 2 kilómetro de aquí a buscar alimentos vencidos para
sus hijos, así estamos viviendo. La municipalidad lo único que hizo es traernos
un pedazo de cable para tener luz y un pedazo de manguera para tener agua en un
grifo comunitario”, cuenta angustiada la mburuvicha.
Las familias
afirman que, además de las múltiples necesidades, tuvieron que soportar las
inclemencias del tiempo, que en esta oportunidad, tras las lluvias caídas en
los últimos días, tienen mojados todas sus pertenencias al no tener un techo
digno. En cuanto a salud, se carece totalmente de una asistencia sanitaria. Basta
mencionar que un anciano de 80 años se encuentra postrado en cama al tener paralizado
medio cuerpo desde hace tres años, quien se encuentra viviendo en una de las
precarias viviendas, al cuidado únicamente de su hija.
La mburuvicha
comenta, además, que en reiteradas oportunidades solicitaron asistencia y ayuda
a políticos y a funcionarios municipales sin tener respuesta hasta la fecha.
“Que no se sorprendan los gobernantes cuando nos vean en algún momento
marchando con todas las familias hacia la capital a pedir solución a nuestra demanda,
porque nosotros estamos dispuesto a salir”, asegura. Mientras tanto, aguardan
por alguna ayuda de cuantas personas se quieran solidarizar con las familias de
esta comunidad. Entre las más urgente necesidades se encuentran: alimentos no
perecederos, chapas de zinc o cartón, maderas para casa, camas, ropas y
calzados para los más de 15 niños y niñas de 1 a 13 años de edad.
Contacto:
03878-15451593 (Mburuvicha Remigia Flores)
Comentarios
Publicar un comentario